Mi primer libro de poemas lo publicó Diego Cortes con su editorial Llanto de Mudo, en Córdoba.
Un par de años después, Diego me pidió poemas para su antología de poesía, en ocasión de los 20 años de su editorial (fue en 2015). Le mandé 4.
Acá están. Forman parte de un proyecto de algo que persiste.
Logística
Los que se quieren en la Línea E, se quieren. Hay demasiado ruido en la E,
quererse en la E exige entendimiento.
El amor en la E es a pesar de los cuerpos cansados: viajar juntos,
al menos eso.
Es tarde, es largo y todavía falta el premetro.
En la E miro buscando a quién darle un beso, no encuentro.
Los besos siempre los termino dando en la C: Retiro-Constitución.
En la C venimos del tren, de la ruta, de un sueño. El deseo
todavía
se nos huele.
—
Proyecto
No existe sonido audible más allá de la voz de la madre.
De su algoritmo me sé todas las letras, puedo escribir
el libro de su gramática.
Puedo explicarla, excusarla. No quiero hacerlo.
Soy la imprimación, el proyecto.
Tan poco yo, toda ella,
que fue la contra-ella,
de la ella que quiso ser no-ella,
y fue más-ella.
—
Elecciones
Elijo mi color preferido cada día. Te dejo de
querer como si fueras el error perfecto.
Cambio la letra, la clave.
La
grieta
es mi esperanza.
—
Derechos
Un hombre besando a una mujer
en la parada:
le agarra el culo,
la levanta en el aire agarrada del culo,
en pleno día, en plena plaza de los Dos Congresos.
Un culo al que se tiene derecho
a levantar en el aire,
con amor,
con devoción,
con fricción,
con palma entera.
A veces soy
toda culo
en las manos;
me honra.